El1 de septiembre de 2010, decía Benedicto XVI: «También en esos siglos de historia que nosotros habitualmente llamamos Edad Media, diversas figuras femeninas destacan por la santidad de su vida y la riqueza de sus enseñanzas». «Hoy quisiera comenzar a presentaros a una de ellas: santa Hildegarda de Bingen, que vivió en
Lamonja Hildegarda de Bingen (1098-1179) no era una santa como todas. Al menos, así la considera la escritora española Adela Muñoz Páez en su libro "Sabias, la cara oculta de la ciencia".Esta mujer fue llevada, al poco tiempo de nacer, a un monasterio benedictino y más tarde fundó una abadía, además de desempeñarse como teóloga, Hildegardade Bingen acha-se entre as principais figuras a deixarem-se envolver pela Viriditas, por ela defendida, concebendo multifários frutos e manifestando essa original relação do ente com o Espírito divino não só mediante as suas obras escritas, mas igualmente, de certa forma, com a sua própria vida diária, como abadessa, curadora, Y de nuevo oí una voz del cielo que me decía: 'Habla, pues, de estas maravillas, y escribe y dilas de la forma en que te fueron enseñadas'".